lunes, 5 de diciembre de 2016



PRÓLOGO

Destacable esta obra de investigación, un aporte para el libro que se escribirá, del exalumno don Ricardo Pérez Torres Llosa, de la Promoción 61, hombre de letras, cuyos artículos como periodista han sido publicados dentro y fuera del Perú, autor de varios libros, conferencista, Consultor en su profesión. Chalaco de nacimiento, asimismo exalumno salesiano (de la primaria).

Y esta obra es un valioso aporte de nuestro Círculo para nuestra Matriz: La Asociación de Exalumnos Sancarlinos que preside el eminente abogado Dr. Manuel Velázquez Giordano.
Esta obra es producto de la Conferencia Magistral que ofreció como invitado de honor, el autor el sábado 26 de noviembre de 2016 en la sede del colegio “Lima San Carlos”, con motivo de su 144 aniversario de fundación, acto organizado por la Asociación de Exalumnos Sancarlinos.

Muy bien redactada, aporta los mejores datos para el conocimiento de este prestigioso colegio, que es orgullo del Perú, de donde han egresado sobresalientes connacionales, aparte de sus ilustres profesores tanto extranjeros como peruanos.

El “Lima San Carlos” tiene data antigua, entonces ya forma parte de la historia nacional, tan es así que lo han mencionado “El Comercio”, y el propio historiador Jorge Basadre y la Municipalidad de Lima lo declaró Colegio Decano de los particulares del Perú.
Esta obra llena el vacío, igualmente las revistas que ha publicado el colegio que hablan sobre el sancarlino (leerla), difundirla, conservarla.


 Callao, la Perla, Noviembre de 2016


CESAR CORRALES DEGREGORI
Promoción 1957
Director de “ALMA PORTEÑA”
Coordinador del Círculo de Exalumnos Sancarlinos del Callao









BREVE APUNTES HISTORICOS
SOBRE EL COLEGIO “LIMA SAN CARLOS”

Por: Ricardo W. Pérez Torres Llosa

El primer Colegio Decano Particular y alemán del Perú data de años, más de cien temulentos.
Tremendo desorden produjo el Reglamento de Educación de 1855 que llevó al cierre de planteles que funcionaban en albergues o claustros de conventos, casas municipales. Además fue mala la descentralización que hizo, no centralizó las rentas, inclusive los prefectos intervenían en la línea educacional. Tal situación determinó que don Manuel Justo Pardo y Lavalle, alcalde exitoso de Lima antes de la guerra con Chile, con un grupo de familias distinguidas, de la sociedad, llevaran a cabo la creación de un centro de estudios académico, de un colegio a la altura de los mejores de Europa, máxime de Alemania, cuyos gimnasios eran modelos.

Entre los primeros integrantes de esa agrupación de padres de familia figuraban José de la Riva Agüero, José Simeón Tejeda, Odriozola, Gildemeister, L. M. Barrera, Waldo Graña.
Desde 1837 existía el llamado Ministerio de Instrucción Pública, obra de la Confederación Perú- boliviana. Aún más, las constituciones a partir de la del 23 se interesaron por el sector educacional de acuerdo a sus tiempos.

Entonces el hijo del autor de “El Niño Goyito” toma contacto con su amigo Eggers, disputado alemán, para que gestione la venida al Perú de un profesor del país del Mosela, éste le habló al doctor Brambach, quien dicta Filosofía en la Universidad de Friburgo (la cual fundó se hacia 1457), encargándole esa misión. Es así que al correr 1871 arriba al Perú don Leopoldo Contzen, docente del Gimnasio Real de Colonia.

¿Por qué se pensó en Alemania? Era el país más avanzado en materia de enseñanza. Tras haber sido, en 1867, la Confederación Germánica a órdenes de Bismarck, “el Canciller de Hierro”, vencedor de Francia, pasó a ser el Imperio Alemán a partir de 1871, no olvidándose que fueron los germanos provenientes de Escandinava que pasaron el Elba durante el año 1,000 aC para arrojar a los celtas.

Pardo, fundador de la Sociedad “Independencia Electoral”, después ésta devino, siendo la primera organización política orgánica con credo, estructura, del Perú, en el Partido Civil (1871), durando hasta la primera entrada del sigo XX, admiraba a la Deutschland de la modernidad del XIX.

En febrero tenemos el que sería, desde sus inicios, el famoso Instituto de Lima, será su primer director el alemán Contzen, estableciéndose cerca  de la Plazuela de San Juan de Dios (hoy Plaza San Martín), dentro de la Casa de la Micheo N° 360, calle Belén, abriendo sus puertas el 1.03.1872, matriculados 60 niños en la Sección Preparatoria, hijos de las más connotadas, linajudas, familias capitalinas. 

Un año antes el colegio era realidad para satisfacción de Pardo, cuya idea primigenia fue que se llamara Colegio  de Humanidades, toda vez que recogía el bagaje intelectual de la patria de Goethe. Pero se impuso el nombre de la Ciudad de los Reyes. Y él sería el primero que matriculó a sus hijos, uno de ellos, José, futuro mandatario del  Perú, siguiendo los pasos de aquél, don Manuel Justo, a quien siendo senador por Junín mata el sargento Montoya un 16 de noviembre de 1878 al ingresar al senado cuya cámara presidía (desde 1877, año en que  retornó de Chile). 

Siguiendo con la historia del Instituto. 

La gente de Lima, especialmente los que celebraban la víspera del año nuevo, 1873, asombrada al ver niños desfilar con un gringo a la cabeza el día 1 de enero hacia la Alameda Meiggs (ahora avenida Grau); mientras el entonces presidente Pardo, acompañado de ministros, la escolta, lo hacía por el Jirón de la Unión con rumbo al citado lugar.

¿El motivo? Colocar la primera piedra para edificar la sede propia, una construcción al estilo europeo. Lamentablemente ese anhelo no se concretó, más bien el lugar pasaría a ser el 2.05 de aquel año la “Escuela 2 de Mayo”, dedicada a impartir instrucción pública a los sectores populares, dejándose el proyecto del Instituto para una nueva oportunidad.
De haberlo construido, hablando leibnizamente, el tipo de edificio, a lo XIX, ¿sería composible a la actualidad?.

Lo cierto es que gracias al Instituto de Lima apareció dicha institución, una iniciativa además del doctor José García y García, ligado al Instituto, incluso un alemán fue su director, el caballero Klocker. Sobre todo el presidente Pardo quería desarrollar la modernidad a través de la educación, no sólo la denominada común, es por eso que su gobierno invirtió en ella 3´300,000 soles, superando a los 968,523 soles del periodo 1869-1870 cuando Piérola era el Ministro de Hacienda del gobernante Balta.

Asimismo el colegio de las águilas supo centralizar las rentas, ofreciendo una economía autogestionada, bien llevada, ajustada a la realidad, no desbordándose en la informalidad. Impuso la educación física, los cursos de latín y griego, una gran didáctica (el arte de la enseñanza) a través del uso de mapas, cuadros murales, estantes, haciéndola ilustrada como la quería Comenio, activa, demostrativa, paidocéntrica, dentro de un sistema, el orden distinto a plan, dejándose de lado el libertinaje de materias, el metodismo frío, la pauta lancasteriana, la memorización, etc., no aptas a un manejo de aula organizada. 
De aquella manera alcanzó una fama envidiable, un prestigio que enorgullecía, su sello especialísimo.

La clase social alta máxime matriculó a sus hijos bajo la guía de los notables maestros alemanes, igualmente lo hicieron con sus hijas en los Sagrados Corazones de Belén, a cargo de monjas francesas, colegio fundado hacia 1840, un año antes se fundó el nacional, o sea “Nuestra Señora de Guadalupe”, Domingo Elías uno de sus gestores.

La Inglaterra ávida de los recursos potenciales de este lado del Pacífico Sur será la autora intelectual de la guerra del  guano y el salitre. Chile ocupó el litoral de Bolivia, el 5.04.1879 lanza la difidación contra el Perú, en la batalla de Miraflores la civilidad asume la defensa armada de Lima.

Alumnos del Instituto de Lima participarán ocupando los reductos. Tenemos entre éstos a Toribio Seminario, el abanderado; Carlos F. Gonzales, Francisco Perla, José Vila Licera (caerá el 10.07.1883), jóvenes cuyas memorias no deben ser olvidadas.

Después de este capítulo sangriento, doloroso, el plantel rechaza pasar a la desaparición, caso que ocurrió con el nacional “2 de Mayo” del Callao (reabierto en 1936, que se fundó el 22.08.1868).

Los padres de familia asociados a los profesores deciden constituir la Junta Administrativa, al concluir la guerra, aunque ocupada Lima desde 1881 hasta 1884. Esta formación daría paso a lo que fue la segunda sociedad del Instituto de Lima.

Por esos tiempos funcionaría en las tradicionales calles La Rifa (zona de “EL Comercio”), la Chacarilla, Pando, sin dejar el centro de Lima. 

A Carlos Leicher, docente alemán, sucesor de sus compatriotas Juan Buttenbach y Augusto Herz (quienes juntaron a los antiguos alumnos tras la ocupación chilena de Lima), le tocará el turno de dirigirlo. El sería su reorganizador. Con él ya no es obligatorio el dictado del latín ni del griego, lo será el inglés a partir del primero de secundaria, esto debido a los nuevos elementos formales de finales del siglo XIX donde sobresalen Estados Unidos, Inglaterra, viviendo la era del maquinismo, respirando los aires de la otra ola industrial.

El año 1896 caracterizará bastante al Instituto de Lima. 

Por esa época se habla de tener un plantel con profesores propios, mejor rentados, ilustrados. Destaca como subdirector el belga Gustavo Bonnet.

El régimen de turno del Perú, con José Pardo y Barreda, aprovecha los adelantos educativos del Instituto de Lima, la sapiencia de sus pedagogos, entonces convoca a Leicher dándole la tarea de reorganizar el Colegio Nacional Ciencias del Cuzco. Al  “ombligo del mundo” viaja, el año 1905, no muy bueno para Lenin allá en Rusia, la muerte lo sorprende.

Bonnet se hará cargo del Instituto, pero requiere de un apoyo. Encarga a Jorge Correa, Cónsul del Perú en Alemania, buscar un docente de altísimo nivel. Se presentaron 30, obtuvo el visto bueno don José Wagner, una personalidad que reemplazará hacia 1905 a Bonnet porque éste decide regresar a su patria.

Wagner el nuevo director. Al lado suyo el doctor Antonio Pérez Figuerola, enseguida un tercero: el notable español Manuel Pérez Santiago, el que al correr 1923 se hizo cargo del Instituto de Lima, funcionando desde 1911 en la calle Juán Simón N°1143, sede que inaugurara el entonces mandatario Leguía Salcedo, cuyos hijos fueron exalumnos.

Tenemos después, un vez  que Wagner también es requerido por el gobierno, como se hizo con Leicher, al notabilísimo Karl Maish, ilustre maestro alemán, cuya dirección efectuó una serie de grandes innovaciones pedagógicas. El año 1930 crea la Sección Nocturna, iniciativa del ingeniero Haro, duró hasta 1941, por la que pasarían en calidad de alumnos Guido Vidal Rodríguez (autor del cuento “El Arriero”), Luis Loli Roca (fue Decano del Colegio de Periodistas del Perú), otros distinguidísimos.

Una resolución ministerial de 1937, siendo ministro Montagne, indicará que institutos serán en adelante los centros dedicados a la enseñanza comercial, técnica, no común. Este hecho obliga al Instituto de Lima denominarse  Colegio “Lima”, nombre igual al que dirigió don Pedro A. Labarthe en tiempos pasados, del que egresara Julio César Tello Rojas, el arqueólogo. Gobernaba el Perú el general Óscar Raimundo Benavides Larrea (1933-8.12.1939).

En 1939 establecida la Primera Sociedad Civil de Responsabilidad Limitada, figura un peruano, profesor desde 1925 del Instituto, donde empezó enseñando en primaria: don Saúl La Cruz Cuadra, más tarde abogado. El año 1942 la segunda Sociedad Civil, esta vez interviene un tercero: el Dr. Gustavo Mayante, fundador del colegio “San Carlos”, 1939, en honor al santo Carlos Borromeo (sobrino de un pontífice), igualmente al celebérrimo Convictorio de San Carlos (más tarde la Facultad de Letras de la UNMSM).

Un año anterior una marca comercial estadounidense ha creado a Rodolfo, el reno que acompaña a Papá Noel en la entrega de regalos durante la Nochebuena.

Aquellos tres maestros, un alemán y dos peruanos, deciden fusionar ambas instituciones educativas. Aprovechan entonces la Resolución N°280 del 26.05.1942 para establecer el “Lima San Carlos”; pero partiendo la partida de fundación del año 1872.

Maish fallece en 1945, luego se disuelve la sociedad, La Cruz Cuadra quedó como director propietario, dándole un nuevo impulso, llevándolo a ganar en 1955 el anhelado trofeo “Presidente de la República”, el único que posee un colegio del Perú.

De esta entidad emblemática, famosa, gloriosa, han egresado ilustres hombres como Chocano el poeta, el hijo de Manuel González Prada, Carlos Miró Quesada Laos, el vate José Fianson Schmidt, Federico Blume, A.Jochamowitz, Gustavo Berkecmeyer, Hildebrando Castro Pozo, Lincoln Pinzás Gallardo, Fernando Larrañaga Travesí, el “conejo” Benites, Mavila, los Penny D. , Herman de Castro, los Kahn Maldonado, Ricardo Amiel Meza, Eneas Marrull , Ruiz Luque, Bacigalupo, los Álvarez Calderón, Ibáñez O´brien, los Ontaneda.

La lista de exalumnos y maestros sería larga, sólo citar cuatro hombres de letras: Anaximandro Vega Matiola, Virgilio Tena (íntimo amigo de Vallejo), Jorge Bacacorzo, Raúl Castillo, docentes con luz propia. En la persona de éstos a todos los que formaron la pléyade de testas que aún dan lustre al Perú, colmena de todas las etnias. 

El año 1981 el doctor La Cruz  se retira del cargo, pasando la responsabilidad a la Asociación Instituto Peruano de Educación y Ciencias, la que nombra como Director Académico, periodo 1982-1983, al doctor Eloy Arriola Senisse. A partir de 1984 le sucede el profesor y abogado, natural de Huari (Ancash), Luis Palacios Reyes.

Problemas con la Compañía de Seguros Rímac, propietaria del local de Juan Simón N°1143, obliga a mudar hacia la avenida Uruguay donde actualmente funciona.

Este hecho acaeció durante el gobierno de Fujimori. Año 1994. No fue respetada la tradición del Instituto de Lima, el señorío del “Lima San Carlos”. 

Hoy una dama está al frente de la dirección, la docente Palacios Reyes.

El “Lima San Carlos”, vecino de la Casa Roosevelt, pasó durante las últimas décadas del siglo veinte a funcionar como centro de institución primaria y secundaria mixto.

Tal la historia apretadamente del Faro de la Limeñidad, orgullo blasón del Perú.

“Donde hay una voluntad, hay un camino”, decía Karl Maisch Kummerli.

He ahí el lema, la consigna, el reto, de los que somos de esta gloriosa e histórica alma mater.















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